ENTREVISTA CON MARINA CAPDEVILLA

Marina Capdevila es una artista catalana que destaca por el tratamiento del edadismo desde una perspectiva lúdica y desenfadada, subvirtiendo los mensajes sobre esta franja de edad habitualmente imperantes a nuestra sociedad.

Siguiendo el hilo de su trayectoria, ha trabajado con representantes de diversos colectivos presentes en la Nau Bostik, para elaborar tanto obra expositiva como un mural de gran envergadura que representa el esfuerzo colectivo necesario para permitir el funcionamiento de este equipamiento auto-gestionado.

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Empezaste como ilustradora en una gran empresa del textil antes de trabajar por tu cuenta y de empezar Street art. Cuéntame un poco como hiciste este cambio.

Antes de trabajar para esta empresa ya llevaba dos años como ilustradora freelance. Tuve esta oportunidad de trabajar en una gran empresa, pero después de un rato decidí volver a ser freelance. La rutina me cansaba y no me gustaba tener jefes. Entonces volví a ser ilustradora, trabajé desde casa y cada vez mas pintaba. En este momento conocí a Dulk que pintaba en las calles y me animó un día a ir a pintar.

Fuimos un sábado y me gusto mucho el poder estar en la calle, al aire libre, disfrutando con otra gente y viendo como trabajaba el uno y el otro.

Empecé poco a poco; al principio salía a la calle una vez cada 3 meses, luego casi cada fin de semana y poco a poco fui cogiendo el ritmo y tenía mas ganas de explorar e ir a nuevos sitios, como a fabricas abandonas… Cada vez conocía a más gente de este ámbito, poco a poco lo fui profesionalizando, los encargos que me llegaban eran más de pintar murales y de hacer live paintings y ya empecé a ir de festivales.

¿A día de hoy, como te encuentras en el mundo del Street art? ¿Como te sitúas? ¿Crees que es un pasaje artístico o vas a seguir pintando en la calle y en festivales toda tu vida?  

No creo que sea de por vida. Me hago mayor y cada vez el cuerpo se cansa más a pintar grandes murales y viajar todo el tiempo. Pero por otro lado lo veo muy claro: es mi vocación. Dentro de las diferentes cosas de arte que he hecho como diseño gráfico, street art, ilustración y pintar cuadros, prefiero los murales. Me gusta viajar, conocer a gente, pintar al aire libre…

El challenge de cada vez pintar más grande me da mucha adrenalina. Y de momento, este año y los próximos, aún me veo trabajando así.

Pintas personas mayores, siempre en situaciones irónicas y alegres. Tus personajes gozan de la vida. ¿De donde sacas estas situaciones? ¿Que te inspira a la hora de elegir un contexto para tus personajes?

Pues muchas parten de referentes cotidianos: mi entorno, mis amigos, las cosas que observo.

Por ejemplo me inspira mucho el lado kitsch de la muchedumbre en la playa y el mar, de los guiris.

Cuando viajo o estoy en la playa, muchas veces me inspiro de escenas que igual pasan un poco desaparecidas. Me fijo en estas escenas y luego les exagero aún más, para que tenga más de este humor ácido. Pero más o menos todo viene de la cotidianidad, de mi entorno.

Veo que en algunas de tus obras las arrugas se están coloreando mucho. Podemos decir que empezaste a pintar personas del 3r edad con un cierto miedo a la vejez y a la soledad,

¿sientes que el proceso artístico te ayuda a aceptar la idea de vejez o modifica tu percepción de ella?

Es verdad que me dan mucho miedo la muerte, envejecer, la soledad y la tercer edad.

Entonces pintar estos personajes mas divertidos y como muy jóvenes es como una terapia, me va bien para reírme de mis miedos.

El proceso artístico me ayuda, y me ha gustado mucho lo que dijiste de que ahora las arrugas están mas llenas de color, podría ser que si, que ahora este mas como suavizando este tema. Igual no hay tanto miedo y tanta rabia. Igual si.

En la obra que has pintado para la exhibición en B-Murals, veo que has incluido un perro. ¿Dirías que solo es un atributo de abuela o piensas que las mascotas se podrían incorporar en tus obras como fuente de inspiración en si?

No, es simplemente un atributo. Porque me imagine la escena justo cuando salimos del confinamiento; ya podíamos volver a salir tranquilos en la calle, a pasear el perro. Y es simplemente un símbolo de que están en la calle haciendo de abuelas, yendo a pasear el perro.

¿Que tal la residencia en B-Murals? ¿Notas alguna diferencia con los proyectos más internacionales que has tenido? ¿Tuviste el espacio y el tiempo para innovar o poner nuevas técnicas a prueba?

Pues muy bien porque me ha hecho trabajar muchísimo en diferentes cosas: preparar el mural, el cuadro, el póster… y todo al mismo tiempo! Ir cada día a un espacio nuevo me ha dado mucha energía, mucha buena onda.
Experimente bastante, añade el dorado; me apetecía probarlo desde hace mucho tiempo y nunca lo había hecho. Y al estar en B-Murals, no sé si es porque tenia tanto espacio pero me inspiré y probé el pan de oro. También me ayudó mucho ver el ritmo de los otros, ver como trabajaban Nico, Octavi e Iker…

A veces en casa voy mas lenta, me miro el cuadro mil veces y no termino nunca, pero aquí, ver que había alguien más trabajando conmigo en el mismo proyecto me ha hecho ponerme las pilas.

Sueles trabajar sola o compartiste un taller alguna vez?

He compartido varias veces un taller, ahora he vuelto en casa, pero me gustaría volver a encontrar un taller en Gracia. Me gusta mucho trabajar en casa pero es muy fácil despistarme. Y ahora creo que me apetece otra vez salir de casa y coger la bici cada día.

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Has hecho parte del proyecto “Change is a team sport” de Adidas. Creo que podemos decir que 2020 nos pone ante retos y cambios importantes. Me gustaría hablar un poco de este tema contigo.

Que tipo de cambio te gustaría ver en nuestra sociedad? ¿Hay una lucha en particular que tiene importancia para ti o que crees que es urgente?

Hay bastantes cosas que me gustaría cambiar de la sociedad.

Con lo que hemos vivido, un cambio mas importante seria dejar de ser tan individualistas y empezar a pensar en equipo, en cuidarnos un poco mas entre todos, no ir tan rápido.

Otro aspecto es que la gente se tiene que concienciar mas en el cambio climático. Estoy muy involucrada en no comprar nada de plástico - ya no reciclar sino no utilizar nada de plástico – pero no sirve de nada si solamente algunos nos concienciamos. Y ahora con el corona virus estamos utilizando plástico más aún y nos arriesgamos a cargarnos el planeta en menos de diez años.

Luego con mi obra me gustaría generar un cambio en nuestra percepción de la tercer edad, me gustaría acabar con esta imagen de los abuelos que se ven como cosas aisladas que ya no sirven de nada, que están por allí medio muertos. Aunque sean mayores pueden hacer muchas cosas y pueden vivir la vida y disfrutarla igual que alguien de 40 años. Y también con el Covid y la cuarentena se ha abandonado muchísimo a los abuelos en las residencias, no ha habido ayudas. Cada uno iba aplaudiendo cada día a las 8 a los sanitarios pero de los hospitales… y a los sanitarios de las residencias casi no se les ha dado ni guantes.

Para abordar esa idea de “Team” ¿Sueles trabajar en equipo?

A la hora de hacer cuadros o de realizar encargos para marcas – que suelen ser de ilustración – en principio trabajo sola. Pero para murales, casi siempre trabajo con un asistente, que en este caso es Raul, mi pareja. Siempre me acompaña en los viajes y en los proyectos que hago en Barcelona me ayuda bastante los primeros días.

Mis personajes pocas veces están solos en el cuadro, me gusta que sean en comunidad o en equipo, que se diviertan juntos.

Durante tu tiempo con nosotros has trabajado con el colectivo de la Nau Bostik para luego realizar un mural en el propio espacio, ¿En que te inspiró el contacto con el colectivo a la hora de realizar esta obra?

Me inspiró muchísimo. Me hablaron de su lucha para que no derivasen a la Bostik y para conseguir ayudas para que el espacio este más arreglado, más bien. Me gusto mucho este momento de equipo y el hecho de que entre todos habían construido casi desde cero un espacio tan bonito. Y era gente también bastante reivindicativa, los jóvenes estaban en colectivos más alternativos, reivindicativos. Uno de ellos trabaja con refugiados. Me inspiro mucho y me gusto este momento.

Hacia tiempo que no estaba en Barcelona en un espacio tan bonito y auto-gestionado.


¿Sueles trabajar con colectivos?

Era la primera vez que trabajé así; haciendo una reunión con el colectivo para luego sacar una obra. A veces, en otros lugares, me inspiro con el barrio y conozco algunas personas que me cuentan un poco de sus vidas y del barrio pero así, reuniéndonos todos para hablar era la primera vez.  

¿En que medidas crees que el arte y la cultura pueden empujar el cambio o acompañar una lucha? ¿Crees que la participación en las artes o la cultura son motores de cambio o de desarrollo social?

Para mi, sobre todo, el arte es una herramienta de concienciación para el publico. El Street Art permite llegar a la gente que no ha ido especialmente a un sitio para ver arte. En la calle el mensaje llega a mucha gente. En mi caso, por ejemplo, me gustaría que la gente reflexionaría sobre el caso de la gente mayor. El arte permite concienciar sobre una problemática. Y a partir de allí cada uno hace su propio camino…

Hoy parece que hay una especie de dicotomía entre la gente creativa, la gente “artista” y “los demás”, los que compran el arte o que aprenden de el ¿Crees que hay gente creativa y gente que no lo es? ¿Todo el mundo puede ser artista? 

Creo que hay gente que no es creativa porque no ha trabajado su creatividad. Para mi la creatividad es una cosa que se trabaja, no es un don. Y no creo en el artista como alguien diferente o que tiene una habilidad, sino creo que la creatividad es un trabajo diario. Alguien puede ser más o menos hábil o solvente en un ámbito. Pero se puede llegar a ser creativo trabajando en ello cada día.

IG: marinacapdevila

WEB: marinacapdevila.com


Texto: Léa Fauroux

Fotos: Bruma / Nica Fazio / Fer Alcalá

Produció i Gestió