ENTREVISTA CON MUR0NE
Iker Muro, artista urbano también conocido bajo el nombre de Mur0ne, nació en Bilbao y vive en Tenerife. Su estilo se caracteriza por un juego de formas y colores directamente heredado del diseño gráfico, que aplica al espacio público. Pintó en las calles de grandes ciudades de España, Inglaterra, Hong Kong, California, Texas, Morrocó, Indonesia, Turquía, Canadá…
Ha sido parte de los cuatro artistas seleccionados para la residencia “Change is a Team Sport” en B-Murals, en colaboración con Adidas y Urvanity. Durante su tiempo con nosotros, trabajó en un proceso participativo con los alumnos del instituto Joan Fuster para pintar la pista deportiva del colegio. También tuvo la oportunidad de llevar su estilo propio al estudio e investigó con un juego de texturas y técnicas innovadoras.
Como has empezado el Street art? ¿ Como te encontraste en el mundo del Street art?
Me encontré con el Street art a primeros de los 2000, cuando la escena se volvía súper efervescente y potente. Recuerdo Barcelona en estos años, era como un “potaje” - como decimos en canaria – una mezcla de colores y de estilos. En aquel momento se podía pintar sin problema con la policía y con la ley y había un auge de creatividad. Evolucionamos del graffiti y de las letras y se introdujeron nuevos tipos de creatividad en la calle con el diseño, los posters, los stencils y las pegatinas.
Desde niño me gustaba dibujar, estudié y trabajé en diseño gráfico y solía salir a firmar o a pintar en la calle. Podemos decir que una cosa fue desbancando la otra; empecé a pintar más cierres [puertas metálicas] y salieron trabajos: empecé pintando una frutería, una pastelería etc., hasta que un día me di cuenta de que se podía realmente vivir de eso.
“Al fin y al cabo con el Street art era básicamente la sensación de hacer como tuya la calle, de poner tu diseño, hacer que tu nombre se vea.”
La sensación de poner tu marca…
Si, pero a parte, lo que me encanta es el proceso, el hecho de curarlo todo. Me encantó dibujar un poster, cuidar el diseño, colgarlo en la calle y sorprender a la gente. Para mi el Street Art es pop, mientras la cultura graffiti es underground y menos entendida. En graffiti, es más complicado para el transeúnte de entender las letras y los diferentes estilos por ejemplo.
Tienes la sensación de reivindicar algo, de apropiarte el espacio?
Si, totalmente. Para mi, el Street Art es apropiarse el espacio. Por un lado, permite el empoderamiento de zonas urbanas (un barrio, un skate park, una plaza o una cancha...). Pero por otro lado, lo que se busca es la exposición al público. Y al final la calle es mejor que un museo: procura mucho mas visibilidad. Al poner una pieza en la calle, mucha gente lo ve, es lo bonito.
“Recuerdo poner una pegatina al lado de la Torre Eiffel arriba de un semáforo y al año y medio un colega que estaba de viaje en Paris me mandó la foto, acababa de ver mi pegatina. Es súper divertido, es como un juego.”
La pista que acabas de curar en la Sagrera está en medio de 3 inmuebles con balcones que dan vista a tu obra. De alguna manera, vas a transformar el paisaje cotidiano de muchas personas que viven allí. ¿Que te inspira esto? ¿Que esperas procurar a estas personas que van a ver a tu obra cada día?
Creo que trata de revalorizar un espacio que antes no tenia tanto valor o que estaba abandonado, pero mas allá de revalorizarlo, también lo reinterpretamos. Lo que se utilizaba para baloncesto de repente se convirtió en una obra de arte. En este sitio hay muchos vecinos que van a disfrutar de la obra, aunque pintar suelo es complicado porque en realidad solo se aprecia desde un punto de vista, con altura..
Siempre habrá alguien que de repente no lo ve claro, prefería como estaba antes, es como todo. Pero al final está bien porque los niños se van a sorprender cuando vuelvan al colegio, lo van a utilizar y les va alegar la vida. Para mi lo más positivo de este proyecto es que los niños sean conscientes de que hay gente que vive de su pasión y que pueden hacer lo que quieran de su vida. Normalmente se les enseña que tienen que ir a la universidad para ser médicos o avocados, pero raramente se les enseñamos como hacer su propio camino.
“Lo que quiero transmitir a los niños con esta obra es que al final todo es posible, si es que es solo cuestión de trabajar, trabajar y trabajar.”
Entonces, que lo disfruten, es para ellos y para los vecinos. Cuanta más gente lo ve, mejor.
Y entonces, ¿Si pudieras pintar cualquier edificio o pared del mundo, cual elegirías?
Me da igual el sitio, pero lo cierto es que pintaría una pared, porque me gustan más los murales. Pintaría en un buen sitio, donde hay transitado, en una ciudad grande, con mucha visibilidad. Es lo que me motiva. Me da igual pintarlo en Senegal o pintar lo en Nueva York, porque al final a día de hoy todo está conectado.
Tu manera de trabajar con papel es totalmente diferente, te hemos visto pintar, hacer collages e incluso pisar tus obras…
Pues, esta residencia ha sido muy inspiradora. En un principio para trabajar con los niños, quería hacer collages para llevar al manual las ventajas del uso de un ordenador. Como diseñador gráfico, podía cambiar un color dándole un clic en un programa. Lo que pasa es que trabajando con pintura, siempre hay que esperar a que seque un color para poder pintar por encima. La forma más fácil de recrear la versatilidad de un ordenador sobre papel era usando cartulinas. Por esta razón empecé a trabajar el collage y me he divertido mucho. Ha sido una experiencia muy enriquecedora en el sentido de que también muy experimental. He experimentado mucho y me lo he pasado muy bien.
¿Sueles innovar mucho en las técnicas?
Si me pongo a analizarlo, en realidad si. He hecho de todo y mi carrera profesional es constante variación. Empecé con la ilustración más clásica y ahora lo que hago no tiene nada que ver con lo que hacía hace 20 años. Mantengo una línea muy definida en mi carrera desde hace unos 5 años, pero podemos decir que una cosa va llevando a la otra.
Tengo la sensación de que al final una carrera artística es una búsqueda en ti-mismo. Trata de experimentar con la técnica, la estética o el estilo con el que más identificado te sientas. Esa es mi percepción, aunque hay gente que tiene muy claro cual es su camino desde el principio. Pero yo no estudié bellas artes, hice un siclo de dos años de diseño gráfico para ser ilustrador o diseñador en una agencia de publicidad. En tanto que autodidacta me ha costado mucho llegar a esto con lo que ahora me empiezo sentir cómodo y por eso mi carrera ha sido muy experimental. Y aquí me he sentido muy bien y ha sido como muy divertido, muy enriquecedor.
Y entonces, como lo vez, donde te sientes mejor? En la calle o en un estudio?
Creo que en el estudio. Porque con este tipo de obra como la cancha; un error implica medio día de trabajo. Entonces allí no me da juego. Sin embargo, jugando con cartulinas, jugando con brochas, es divertido, me arriesgo más en el estudio. Y últimamente ha sido un descubrimiento. No tengo muchas obras de estudio, hago muy pocas exposiciones pero ahora si que quiero enfocarme más en el estudio. Llevo muchos años dejándome la espalda y dejándome la vida en pintar murales, me apetece estar más calmado y experimentar. Es lo que me pide el cuerpo en realidad, es la historia de mi vida, hacer lo que me pide el cuerpo.
Haces parte del proyecto “Change is a team sport” de Adidas. Creo que podemos decir que 2020 nos pone ante retos y cambios importantes. Me gustaría hablar un poco de este tema contigo.
Tiene que haber un cambio. La tierra nos lo pide. Lo vemos con el Covid, como la naturaleza ha tomado su parte en la tierra. Vivo en Canaria y ahora de repente se ven ballenas y peces en el mar. Y por otra parte, políticamente, lo que está pasando en Estados Unidos con la violencia policial y el racismo… hay que cambiar todo esto que está pasando en el mundo.
Y lo de “change” va mucho conmigo por lo que te comentaba de mi obra, que está en cambio constante también. Me llega mucho este eslogan, “Change is a Team Sport”, creo que es un claim muy acertado porque al fin y al cabo lo tenemos que hacer entre todos.
¿Que tipo de cambio te gustaría ver en nuestra sociedad? ¿Hay una lucha en particular que tiene importancia para ti o que crees que es urgente?
Lo que veo urgente, en primer lugar es el respeto por el medio ambiente. Hay señales muy claras que nos están diciendo que tenemos que cambiar.
“Al final creo que somos como cucarachas, nosotros somos la pandemia es clarísimo.”
Es muy difícil de darle vueltas… tengo la suerte de haber viajado en diferentes partes del mundo, de haber conocido diferentes culturas y creo que lo único que puedo hacer es intentar coger el coche lo menos posible e intentar reciclar… Creo que cada uno lo tiene que hacer desde si-mismo, pero al mismo tiempo tenemos que hacer equipo, eso es lo que creo.
¿En que medidas crees que el arte y la cultura pueden empujar el cambio o acompañar una lucha?
A ver, creo que el arte siempre ha sido precursor del cambio pero para mi es un tema complicado. Por un lado, la palabra artista me da mucho respeto, no creo ser artista. No hago una reivindicación de ningún tipo con mi arte. Al pintar en la calle podemos decir que mejoro la vida de las personas pero no puedo hacer que la gente cambie. En mi murales no mando mensajes políticos, lo único que puedo hacer es meter colores….entonces no me considero artista sino más diseñador, decorador de espacio. No me mojo tanto. Otra gente tiene unos análisis muchísimos más profundos, muchísimos más sociales y más reivindicativo. Pero este no es mi papel.
Ya me hablaste un poco de esa noción de “equipo”, parece que tiene una cierta importancia, un cierto significado para ti…
Este trabajo que hicimos en la Sagrera, sin el equipo, no hubiera sido posible. Lo que acabamos de hacer, si lo tuviera que hacer solo, me muraría. Tendría que estar un mes, o dos meses. Además, psicológicamente, me doy cuenta de que necesitamos estar en equipo. Necesito gente critica, gente que me de su opinión, gente con la que discutir… al final hacemos equipo, y mi trabajo sin el equipo sería imposible. En el caso de un cuadro, si que lo puedo pintar solo…Pero aun así fíjate, ahora comparto mi estudio con otra artista y esto me nutre, me da de comer. Es “team”, todo el rato, no puedes estar solo, vamos… Yo no concibo la vida solo. Me volvería loco.
Hoy parece que hay una especie de dicotomía entre la gente creativa, la gente “artista” y “los demás”, los que compran el arte o que aprenden de el ¿Crees que hay gente creativa y gente que no lo es? ¿Todo el mundo puede ser artista?
Para mi un artista es una cosa como muy profunda. Por un lado me da mucho miedo esta palabra, porque al hacer parte del ámbito y del mercado del arte, te comparas con la gente que mas admiras. Hay gente que hace obras muy fuertes, muy potentes, que me llegan muy para dentro. Esta gente es artista.
Pero por otro lado, yo creo que todos somos artistas. Llegar a fin de mes es ser artista, tener hijos es ser artista, tener una relación es ser artista, tener un perro es ser artista. Haces arte a tu manera. Es verdad que hay gente como más apagada, menos creativa evidentemente o menos sensibilizada con el arte. O no con el arte sino con la pintura, que son cosas distintas. Hay gente que le da igual quien ha pintado este mural. Pero el arte va como más allá de la pintura, más allá de la escultura, más allá de la arquitectura, más allá de la música o del cine.
“Es que todo es arte. Y vivir es un arte, entonces, artistas somos todos.”
IG: @mur0ne
WEB: murone.net
Texto: Léa Fauroux
Fotos: Bruma / Nica Fazio