Azpeger
Adopta su nombre como una variante libre de la condición neurobiológica al reconocer en su práctica el manejo de campos de interés focalizados y absorbentes. Siendo el principal, el pensamiento andino. Un interés que fuera adquirido de su padre -un músico folclórico de su ciudad natal, Riobamba con quien experimenta en su niñez un primer acercamiento a la cultura indígena.
El artista se centra en el deseo de expansión y pervivencia de la sabiduría de los pueblos ancestrales, por medio del uso de lenguajes simbólicos abstractos que les permiten comunicarse visualmente. Le interesa ahondar en la iconografía aplicada a los elementos de su cultura viva, entender sus significados, usos y funciones, para nutrirse de ellos y configurar nuevos elementos gráficos. Un reflejo de estas indagaciones se lo encuentra en piezas de diseño, tipografías, ilustraciones, vestuarios, además del muralismo-graffiti.
De esas aproximaciones, resultará clave la noción de tejido como detonante de sus búsquedas artísticas actuales. El tejido, como estructura visual, como texto con códigos abiertos, como vaso comunicante entre el pasado y el presente, como textura cultural, le ha permitido ampliar el horizonte de sus exploraciones hacia nuevos enfoques transdisciplinares, en donde su trabajo inicial convive con la pintura, el objeto escultórico, la instalación, el audiovisual, la fotografía, la performance.
De manera que, el mestizaje y los conceptos de identidad que suelen atribuirse a determinadas búsquedas visuales urbanas en el contexto latinoamericano, se aborda en Azpeger como una trama abstracta detonante de dicha herencia cultural. En lugar de ilustrar a los sujetos y objetos característicos de estas culturas, al artista le ha interesado profundizar en el trasfondo simbólico de dichas imágenes, en cómo se abstrae el mundo desde su cosmovision, produciendo nuevos diálogos con el presente.
Con B-Murals participó del programa de residencias artísticas en Mayo y Junio de 2022 con su proyecto “ZURCIREMOS”.